Es hora de que nos pongamos serios por un momento. Los resultados de la gran encuesta Bloody Big Survey se publicaron la semana pasada y estamos indignados por algunos de los hallazgos de este año 2024.
Una estadística que exige atención inmediata es la impactante revelación de que el 56% de las mujeres han faltado al trabajo debido a su período, lo que resulta en una asombrosa pérdida de productividad de 9.600 millones de dólares anuales. Es hora de que abordemos este problema de frente y aboguemos por lugares de trabajo amigables con los períodos.
El impacto financiero de la menstruación en la fuerza laboral
Las consecuencias financieras del ausentismo relacionado con la menstruación son inmensas y afectan no solo a las personas, sino también a las empresas y a la economía en general. Cuando más de la mitad de la fuerza laboral que menstrúa falta al trabajo debido a problemas relacionados con la menstruación, el efecto dominó es significativo:
- Pérdida de productividad: cuando los empleados se ausentan, la productividad se ve afectada y los proyectos pueden retrasarse. Esto afecta los resultados de las empresas, especialmente de aquellas que dependen en gran medida de la colaboración en equipo.
- Aumento de costos: Las empresas incurren en costos adicionales cuando necesitan encontrar reemplazos temporales o pagar horas extras para cubrir el trabajo de los empleados ausentes.
- Moral y retención de los empleados: cuando las mujeres se sienten sin apoyo en el trabajo, esto puede provocar una disminución de la moral y mayores tasas de rotación, lo que les cuesta a las empresas aún más en contratación y capacitación.
¿Por qué las mujeres faltan al trabajo?
Varios factores contribuyen a la alta tasa de absentismo menstrual:
- Síntomas graves: muchas personas experimentan síntomas debilitantes como calambres, dolores de cabeza, fatiga y sangrado abundante, lo que dificulta realizar las tareas diarias de manera eficaz.
- Miedo a las filtraciones: según reveló la encuesta, el 76,5 % de las mujeres no ha practicado deportes u otras actividades por temor a que se produzcan filtraciones y se manche la ropa. Este miedo se extiende al lugar de trabajo, donde la presión por mantener una apariencia profesional es alta.
- Falta de acceso a productos para la higiene menstrual: el acceso inadecuado a productos para la higiene menstrual en el lugar de trabajo puede exacerbar estos temores y obligar a las personas a quedarse en casa.
- Estigma y vergüenza: el estigma persistente en torno a la menstruación puede hacer que a los empleados les resulte incómodo hablar abiertamente de sus necesidades, lo que genera sufrimiento silencioso y ausencias innecesarias.
Cómo puedes ayudar
En Hey Sister!, nos comprometemos a apoyar iniciativas que promuevan la igualdad durante el período. Puedes marcar la diferencia apoyando a organizaciones como Share the Dignity. Cuando compras sus Bloody Good Socks , el 100 % del precio de venta se destina directamente a Share the Dignity y ofrecemos envío gratuito con la compra de cualquier producto de Hey Sister!. Juntos, podemos ayudar a terminar con la pobreza menstrual y crear una sociedad más inclusiva.